SOLO DISFRUTA

Podría titular esta entrada y las consecutivas como “diario de una pasión”, pero dado que el título me hace evocar una película que me gusta mucho e incluso me hizo llorar la primera vez que la vi, lo omitiré. Si no, dónde quedaría la innovación.

El caso es que pienso que cuando tenemos ganas de escribir hay que hacerlo, cuando tenemos ganas de comer hay que hacerlo, cuando tenemos ganas de un hombre… jajajaja. No ya enserio, tenía un rato que no me sentía inspirada para crear una entrada que reflejara mi pasión por este maravilloso deporte y, que más que una pasión, es un estilo de vida.

¿Nunca se han puesto a pensar que a veces comparten más tiempo con sus compañeras de equipo que con su familia? ¿Cuántos eventos importantes se han tenido que perder porque tenían partido o entrenamiento?

Lo anterior me hace recordar una típica escena en mi familia:

→ De pronto comienzan a platicar sobre las vacaciones familiares del año pasado, comienzan a reír, a elevar la voz por la emoción de relato y de repente, un primo sorprendido me pregunta: - ¿Por qué no te ríes? ¿qué ya no te acuerdas? -. Es entonces cuando molesta respondo: -No me acuerdo porque no fui. ¡Babooooso!- ←

Díganme si no es cierto. Pero el problema no termina ahí, el problema viene después plagado de coraje porque no hay sacrificio, porque no todas las integrantes de equipo estás dispuestas a privarse de momentos de esparcimiento por un entrenamiento, porque no todas quieren ser campeonas. Bueno, dicen que quieren ganar, pero ¿realmente lo muestran?

Hoy, alguien me preguntó cómo me sentía de saber que a finales de año, terminaré un ciclo, mi ciclo deportivo al menos a este nivel. ¿Será realmente el fin?

No cabe duda que la madurez nos permite observar sucesos desde otra perspectiva, no cabe duda que el tiempo es un aliado, como muchos artistas ya lo han dejado en claro en algunas de sus composiciones y, no cabe duda tampoco que “nadie experimenta en cabeza ajena”. La mayoría de las veces necesitamos experimentar en carne propia algunos sucesos, para entender que fueron satisfactorios o para entender que nos fuimos por el camino largo o que probamos lo que no nos convenía, pero cómo saberlo si no lo vivimos. ¿No es cierto?

Hoy veo a tantas niñas nuevas en el equipo y pienso que son dichosas porque están comenzando el camino. Un camino que, al menos en mi lugar no va de regreso, sino al contrario, que cada vez exige más y si no me lo creen, ahí está la razón de haber estudiado una maestría. Claro, tiene sus ventajas académicas, pero estoy segura de que si hubiera tenido que estudiarla sin tener la posibilidad de seguir jugando, no lo habría hecho.

¡Disfruten cada momento en el campo porque nunca sabrán cuándo será el último día que van a tener la oportunidad de entrenar a este nivel, de golpear un balón ni de compartir el sueño de ser campeonas!